Edadismo: ¿qué es y cómo afecta al adulto mayor?


Actualmente vivimos en una sociedad que podemos llamar “moderna”, por los avances en tecnología, los conocimientos que adquirimos e incluso, los espacios en donde vivimos. Sin embargo, hablar de “modernidad” puede ser relativo, pues a nivel de pensamiento, creencias como el edadismo, que aún hoy se presentan en algunos imaginarios colectivos, nos hacen estar mucho más lejos de una sociedad realmente avanzada… Pero, a qué nos referimos cuando hablamos de edadismo, qué impacto tiene y cómo podemos combatirlo. Quédate en esta lectura, ¡te contamos!

Edadismo: ¿qué significa?

Cuando hablamos de edadismo nos referimos a la discriminación que se puede ejercer por motivos de la edad de una persona y es el resultado de una suma de prejuicios y estereotipos en donde el común denominador es pensar que alcanzada cierta edad, solemos tener los mismos compartimientos limitantes o necesidades puntuales que le restan valor a nuestra existencia. Parece extraño creer algo así, ¿no? Pero, en efecto, el edadismo es un tipo de discriminación que, aunque inexplicable, existe hoy por hoy.

Tipos de edadismo

Al tratarse de una de las tantas maneras de discriminación que, lamentablemente, siguen limitando las creencias o pensamientos de algunas personas, también el edadismo tiene varias categorías. Conozcamos en cuáles espacios este se puede evidenciar con mayor claridad:

Edadismo institucional

Nos referimos a discriminación institucional por la edad cuando por ejemplo, las empresas niegan oportunidades laborales a las personas por considerarlas en “avanzada” edad para algunos cargos, programas de capacitaciones o cursos que tengan una edad máxima para su registro, o incluso protocolos médicos o pruebas que tienen prioridad para personas jóvenes.

Edadismo interpersonal

Este puede ser el tipo de edadismo más común, porque incluso puede pasar desapercibido al presentarse en conversaciones diarias con familiares, amigos o personas que recién conozcamos. Se refiere a los comentarios que tienen como único fin menospreciar el valor del adulto mayor, restándole importancia a sus acciones u opiniones. Lo grave de este caso, es que, para no pasar un mal momento, la persona afectada por dichos comentarios puede elegir guardar silencio y de cierta manera, propiciar que estos vuelvan a repetirse.

El lenguaje, en este caso, como en la vida misma, es clave, y para evidenciar edadismo solo basta con tener una escucha activa de aquellos que suelen infantilizar al adulto mayor, perpetuar etiquetas como “demencia por la edad” sin justificación alguna o hablar de la poca empatía que se debe tener con el adulto cuando esté empieza a presentar algún cambio en sus procesos cognitivos.

Edadismo autoinfligido

Si la anterior categoría es la más común, esta quizá puede ser la que más causa malestar o dolor, pues como su nombre lo dice, se refiere a la autodiscriminación o la falta de mérito que la persona tiene consigo misma. Aquí, los adultos mayores suelen actuar o pensar según lo que las demás personas han decidido opinar de ellos, creyendo, erróneamente, en palabras que les restan valor y les impiden ver lo que realmente son.

¿Cómo impacta el edadismo al adulto mayor?

Antes de hablar directamente de los adultos mayores como afectados, también es necesario revisar el impacto que tiene el edadismo como sociedad, pues nos quita empatía, humanidad y sobre todo, la capacidad de entender que la edad, el correr de los años y la vida misma, transcurrirá igual para todos nosotros, y que cada etapa trae consigo aprendizajes que se convierten en valor al ser experiencia. Por ende, si eres una persona joven y has considerado pensamientos en que el adulto mayor pierde valor o capacidad de decidir por él mismo, la reflexión es con tus propios principios.

Ahora bien, el impacto para el adulto mayor radica en tener una menor esperanza de vida y por ende, una menor motivación para poner en práctica actividades como el deporte o ejercicios cognitivos que le permitan enfocarse en su bienestar a largo plazo. Además, son más propensos a querer estar aislados de sus círculos sociales, perdiendo más rápidamente su capacidad de interactuar con nuevas realidades o activar su cerebro.

¿Cómo identificar las actitudes edadistas?

Ya mencionamos algunas palabras o actitudes que pueden ayudarnos a identificar fácilmente compartimientos edadistas. Sin embargo, y como dirían algunos refranes populares, las acciones también hablan por sí solas. Aislar a un adulto mayor en reuniones familiares, negarle la posibilidad de acompañarlo a sus controles, paseos o actividades de rutina (si así lo necesita) o no tener una disposición para escucharlos, por ejemplo, pueden ser muestras claras de discriminación o rechazo hacía ellos.

Consejos para combatir el edadismo

Aquí existen acciones para combatir el edadismo que van desde las más grandes y quizá aspiracionales, hasta aquellas que podemos realizar en nuestro día a día.

Encontramos entonces la puesta en común de este tema con las personas que nos rodean, pues la socialización del mismo crea espacios de reflexión y construcción común, sobre todo para aquellos que tienen o tendrán a su cuidado adultos mayores; transformar el lenguaje por uno que siempre tenga como objetivo la inclusión, y por último, pero no menos importante, animar a los adultos mayores que nos rodean a seguir trabajando por su bienestar.

Recuerda que el edadismo es una forma de discriminación, la cual niega una realidad vigente para todos: el paso de los años que, como ya lo hemos visto en Academia TENA, no tiene nada que ver con limitación, ¡todo lo contrario! Se relaciona con sabiduría, nuevas oportunidades y una manera mucho más sensible y sensata de ver la vida.


Fuentes

https://blog.fpmaragall.org/edadismo-que-es

,

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *