Los abuelos: legado de experiencia y sabiduría

Escuchar a los abuelos - TENA

Luego de celebrar el Día de la Madre y del Padre, les toca a los mayores de la casa, los abuelos. Personajes muchas veces olvidados en su rol ancestral donde por décadas han sido los encargados de, entre otras cosas, transmitir conocimientos.

De ahí que algunos países como Japón han tomado medidas para el cuidado de las personas mayores. El año 2012 se produjo un hito demográfico en el país nipón. Con un 24,1 por ciento de población mayor de 65 años la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) estableció que para el año 2050 más de la mitad de la población será mayor de 50 años.

El motivo de estas medidas fue que más personas mayores de 65 años tengan una vida saludable, plena y en armonía. Para lograr tales avances, la primera misión fue garantizar altos estándares de calidad en los servicios de cuidado de los adultos mayores. Para ello, se trabajó con el fin de fijar un promedio de 15 trabajadores de atención a personas de la tercera edad por cada mil personas de 65 años. Esto es un logro, ya que durante los tres primeros años el Estado nipón puso énfasis en la creación de una fuerza de trabajo especializada en el cuidado responsable de los ancianos, pero además estableció incentivos financieros para aquellos centros de cuidado que contraten a trabajadores con mayor capacitación.

Este modelo es un ejemplo a seguir y cobra relevancia si pensamos la visión que damos a nuestra “gente grande” en este lado del continente. La psicóloga, Soledad Prado de la Maza comenta, “los abuelos son personas muy importantes en una familia y constituyen un tremendo capital en Latinoamérica, ellos son quienes transmiten la sensación de hogar a una familia, orientan a los padres, contienen a los nietos, ayudan en la crianza. Son personas relevantes, aun cuando estén discapacitados ellos nos obligan a desarrollar empatía, cuidados, y unión familiar”.

Carolina, nos revela su experiencia, “tengo 22 años, vivo con mis padres y hace unos meses mi abuela materna llegó a vivir a nuestra casa, en una primera etapa me complicaba compartir los espacios, tener que acompañarla y hasta muchas veces conversar para que no se sintiera sola. Con el tiempo los roles han ido mutando, yo comencé a interesarme en su experiencia de vida, en sus consejos y hoy necesito crear instancias con ella donde compartir; esta misma dinámica se ha visto en mis dos hermanos menores, definitivamente nos trajo calor de hogar y aprendizaje y lecciones de vida donde dejamos de lado el egoísmo de nuestras aceleradas vidas”.

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