
Una duda que muchos han tenido: ¿es solo dolor en la espalda baja, o pueden ser cálculos renales? Los cálculos renales o “piedras en el riñón”, como su nombre lo dice, pequeñas acumulaciones de calcio en forma de piedritas que pueden causar grandes dolores y molestias.
Aunque su nombre suena inofensivo, la realidad es que pueden transformar un día tranquilo en un verdadero caos. Si quieres descubrir qué son, por qué aparecen, cómo reconocerlos y, lo más importante, cómo prevenirlos, ¡sigue leyendo!
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos renales son masas sólidas que se forman dentro de los riñones a partir de cristales de minerales y sales presentes en la orina… suena un poco complicado, pero, imagina que el riñón es un filtro entre lo que le sirve a tu cuerpo y lo que no: cuando todo funciona bien, los desechos se eliminan sin problema, pero si las sustancias se concentran demasiado, tienden a unirse y dar origen a estas “piedritas”. Su tamaño puede variar desde un grano de arena hasta una piedra que bloquea el paso de la orina.
¿Por qué aparecen cálculos en las vías urinarias?
La formación de cálculos renales no ocurre por casualidad, como muchas personas suelen creer… generalmente, se debe a un desequilibrio en la composición de la orina: exceso de calcio, oxalato o ácido úrico, sumado a una falta de líquidos que permita diluirlos.
Factores de riesgo en la aparición de cálculos renales
Si bien la predisposición a la aparición de cálculos renales puede ser genética, existen algunos hábitos que son determinantes en su desarrollo; así que presta atención para que los evites:
- No tomar suficiente agua (el agua es esencial para que los riñones se limpien).
- Una alimentación alta en proteínas animales, sal o azúcar (pueden favorecer a obstruir los conductos y acumular minerales).
- Antecedentes familiares de cálculos renales (si alguien en tu familia lo padece, puedes tener mayor predisposición).
- Obesidad y sedentarismo (No moverte y estar por encima de tu peso normal, puede favorecer a su aparición).
- Algunas enfermedades metabólicas o digestivas (si tu metabolismo no funciona bien, ¡nada lo hace!)
Síntomas de los cálculos renales
El gran problema de los cálculos es que, mientras están quietos, pueden pasar desapercibidos sin presentar síntomas, y solo cuando son más grandes o comprometen un malestar mayor; ¡se hacen sentir! El drama aparece cuando intentan moverse; ese es el momento en el que el cuerpo “avisa” con señales muy claras de dolor que puede verse diferente en mujeres y hombres:
Hombres
En los hombres, el dolor suele sentirse de forma intensa en la zona lumbar o en un costado del abdomen, esparciéndose hacia la ingle o los testículos; aunque también pueden llegar a experimentar ardor al orinar y sangre en la orina… si esto sucede, ¡ve de inmediato al médico!
Mujeres
En las mujeres, los síntomas son similares, aunque muchas veces se confunden con dolores menstruales o molestias pélvicas… así que deben estar muy atentas, porque además del dolor intenso, es común sentir náuseas, vómitos y una necesidad urgente de orinar, incluso en pequeñas cantidades.
Tipos de cálculos renales o piedras en el riñón

Existen distintos tipos, ¡sí! No todas las piedras son iguales; pueden causar diferentes síntomas y, unas que otras, ser más difíciles de tratar:
- Cálculos de calcio: los más comunes, generalmente formados por una gran acumulación de este mineral.
- Cálculos de ácido úrico: son los más frecuentes en personas que llevan una alimentación alta en proteínas animales, porque aumentan la excreción del calcio y el ácido úrico en la orina.
- Cálculos de estruvita: suelen aparecer tras infecciones urinarias.
- Cálculos de cistina: menos frecuentes, relacionados con una alteración genética.
Qué hacer si crees que tienes cálculos renales
¡Ve corriendo al médico! Si sospechas que puedes tener cálculos, lo primero es no ignorar los síntomas (además de que pocas veces es posible), el dolor intenso, la sangre en la orina o las molestias persistentes son señales de que necesitas atención médica. Seguro, el médico te hará diferentes exámenes, ecografías, análisis de orina y tomografías, así que, ¡no será un diagnóstico a la ligera!
¿Cómo se expulsan los cálculos en las vías urinarias?
¡Todo depende de diferentes factores! La expulsión puede variar según el tamaño y la ubicación de la piedra; los cálculos más pequeños suelen salir solos con el paso de la orina, aunque siguen siendo dolorosos, mientras que las piedras más grandes pueden requerir una ayuda extra con medicinas e incluso intervenciones quirúrgicas.
Posibles tratamientos para los cálculos renales
Ahora bien, si ya te hicieron los exámenes, conoces el tamaño de tus cálculos y estás listo para expulsarlos y dejar de sentir ese dolor punzante, ¿cuáles pueden ser los tratamientos?
- Medicamentos analgésicos para el dolor: ayudan a aliviar el dolor o relajar los músculos de las vías urinarias.
- Ondas sonoras o de choque: existen cierto tipo de ondas que rompen los cálculos debido al choque.
- Cirugía mínimamente invasiva: para piedras grandes o complicadas.
Cada uno de estos tratamientos siempre vendrán acompañados de beber abundante agua.
Prevención de los cálculos renales
Más vale prevenir que sufrir el cólico renal, (sabemos porqué lo decimos) y cuando hablamos de cálculos, este dicho aplica al pie de la letra: cuidar tus riñones desde hoy puede ahorrarte mucho dolor mañana; más aún porque la prevención no es complicada, pero sí requiere constancia en los hábitos de todos los días, como:
Estilo de vida saludable
Mantener un peso adecuado, realizar actividad física y moderar el consumo de proteínas animales, sales y azúcares, es clave para mantener el equilibrio en la orina.
Tus riñones agradecerán que les des menos “trabajo pesado” y más descanso; al final, pequeños cambios en tu dieta y rutinas se convierten en grandes aliados para que los cálculos decidan no aparecer en tu vida.
Hidratación adecuada

El agua es tu mejor aliada: beber suficientes líquidos todos los días diluye la orina y reduce el riesgo de formación de cálculos.
Una buena señal es que tu orina sea clara y abundante; si te cuesta recordar tomar agua, puedes llevar una botella contigo a todas partes, poner alarmas o incluso jugar a “contar vasos” durante el día.
Todo esto, claramente, acompañado de actividad física y de evitar malos hábitos como el tabaquismo y el consumo de licor.
Ahora que conoces el ABC para evitar los cálculos renales, ¡estamos seguros de que pondrás todos los consejos en práctica! En TENA te acompañamos en cada momento, etapa o dificultad con los productos adecuados, para que sigas disfrutando la vida con confianza y, claramente, ¡sin dolor!